EL RETO ACTUAL LA COMPLEJIDAD EN LAS ORGANIZACIONES

“El nivel de complejidad innecesaria en la mayoría de las organizaciones es abrumador y cada vez empeora más”

El nivel de complejidad en la mayoría de las organizaciones de hoy en día es abrumador y cada vez empeora más. El contexto VICA: volátil, incierto, complejo y ambiguo nos invita, más que en tiempos pasados, a hacernos cargo como líderes transformadores de la amenaza en ocasiones silenciosa de la complejidad organizacional que pone en riesgo la agilidad de las empresas, su competitividad y la salud mental de sus colaboradores.

En el segundo semestre del año 2018 nos propusimos realizar un sondeo con líderes de organizaciones en Colombia, que nos permitió comprender cuál es su mirada frente a la complejidad organizacional. Encontramos que el 95.4% de los ejecutivos entrevistados considera que tener controlada o reducir la complejidad en su organización es un asunto crítico para garantizar el crecimiento y competitividad de su negocio; mientras que tan sólo el 27.2% considera que el grado de complejidad organizacional actual en su empresa le permite operar de manera ágil y crecer ganando competitividad en el mercado. Esta es una brecha relevante que nos invita a los directivos de las empresas a trabajar deliberadamente en entender las fuentes de complejidad y a utilizar las herramientas correctas para resolver el problema.

Cuando le preguntamos a los mismos gerentes si en su organización cuentan con las capacidades necesarias para identificar la complejidad que no les permite lograr la máxima efectividad y para implementar planes con el objetivo de reducirla, el 38.6% respondió afirmativamente. Estos resultados me hacen recordar una conversación sostenida entre cuatro directivos de la gestión del talento y organizacional de una organización emblemática en Colombia hace ocho años, después de la cual acordaron abordar un proyecto, liderado por ellos cuatro, para disminuir la complejidad organizacional. Se dieron a la tarea de establecer sus objetivos, identificaron ciertas metodologías acordes, sin embargo no pudieron llegar a buen término con su encargo; esto se debió a que aunque consideraban contar con los recursos internos para hacer frente al desafío, fue difícil romper la inercia propia del momento: ellos cuatro eran parte del sistema, parte de la complejidad del mismo y tan siquiera lograron agendar un par de reuniones adicionales. “La reducción de la complejidad es un esfuerzo grande. Es un viaje transformacional que no deja esquina sin tocar en la compañía. Pero la recompensa es igual de grande: Mejoramientos decisivos en el desempeño que son sostenibles” Torsten Lichtenau.